Las infecciones nosocomiales son un riesgo que el paciente asume nada más entrar por la puerta de un hospital o, en el caso de los recién nacidos, nada más llegar a la vida. Cuando estos bebés adelantan su fecha prevista de alumbramiento y, además, llegan con bajo peso, suelen requerir complejas intubaciones que elevan las probabilidades de sufrir una infección.
José Ignacio Pijoan, jefe de Epidemiología Clínica del Hospital Universitario de Cruces (Bilbao), y Carmen Ribes, neonatóloga del Hospital Vall d’Hebrón (Barcelona), son los coordinadores del proyecto “Evaluación de una intervención basada en la evidencia para reducir la bacteriemia asociada al uso del catéter vascular central en recién nacidos de muy bajo peso“, conocido como Proyecto Inberbac-Neo, que ha ganado el IV Premio Sham de Gestión del Riesgo Sanitario.
Partimos de unas tasas de entre 16 y 17 episodios de sepsis de origen bacteriano por cada mil días de uso de un catéter vascular
“Partimos de unas tasas de entre 16 y 17 episodios de sepsis de origen bacteriano por cada mil días de uso de un catéter vascular central (que tienen mayor grosor) en neonatales de bajo peso, por debajo de 1.500 gramos”, aclara José Ignacio Pijoan. “Estas infecciones se asocian a una considerable mortalidad por la fragilidad de estos recién nacidos, pero, sobre todo, se asocia a morbilidad así que es bastante importante prevenirlas, porque puede dejar secuelas que les acompañen toda la vida”, aclara Carmen Ribes.
En estos momentos hay 46 unidades de Neonatología que están adheridas a este proyecto y que, por tanto, tienen el objetivo de reducir de manera significativa las incidencias de estas infecciones bacterianas asociadas al uso de catéteres.
El punto de partida de esta iniciativa, según Carmen Ribes, está en el programa de bacteriemia cero de la UCI Neonatal del Hospital Vall d’Hebrón, que se puso en marcha hace diez años y “que redujo en un 44% la tasa de este tipo de infecciones asociadas al uso del catéter, tras un año de implantación”, apunta la neonatóloga.
“Toda la labor que hemos hecho hasta ahora es sintetizar la evidencia y ver qué cosas funcionan en estos niños tan pequeño. Se trata de que todo el personal asistencial forme parte de una red de soporte mutuo, además de neonatólogos, auxiliares, epidemiólogos, gente que trabaja en calidad, en preventiva…”, aclara Pijoan. “Solo aplicando el sistema de vigilancia, ya se reduce el número de incidencias, porque los profesionales toman mayor consciencia de lo que deben hacer”, aclara Ribes.
El ejemplo claro de las cosas que se saben que hay que hacer, pero que solo una coordinación exhaustiva entre los equipos y el personal de estas unidades puede asegurar que se hace, es lavarse las manos. “Un neonatólogo, con un recién nacido de estas característica, igual tiene que lavarse las manos 150 veces”, coinciden en señalar los dos facultativos.
Los hospitales interesados en formar parte de esta programa solo tienen que poner en contacto con estos coordinadores. El centro debe “implementar un equipo de coordinación constituido por un grupo multidisciplinar en el que, por lo menos, tiene que haber neonatólogos, personal de medicina preventiva, de unidades de calidad, apoyo de la dirección para proveer el proyecto…”
Lo importante es que todo el personal que atienda a estos bebés sigan “a raja tabla” lo que se sabe que se debe hacer. “Cada elemento por sí no es especialmente complicado, lo complicado es hacerlo todo de manera sistemática y coordinada”.
Premio especial del jurado
Los dos facultativos acudieron a la entrega del reconocimiento de la aseguradora Sham, en un acto que se ha celebrado en la sede del Colegio de Médicos de Madrid, en el día Internacional de Seguridad del Paciente. El premio está reconocido con 6.000 euros y ha sido el seleccionado dentro de los 59 trabajos presentados. En esta IV edición de los premios Sham de Gestión del Riesgo Sanitario ha otorgado un premio especial del jurado dotado con 4.000 euros y que ha reconocido el trabajo del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo titulado “Mejora en la seguridad de medicamentos: impactos de una estrategia global de prevención y gestión de riesgos”.
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