Hace pocos días, conocimos que las dos personas que habían sido designadas para coordinar el Marco Estratégico para la Atención Primaria de Salud (APS), dos referentes indiscutibles en el ámbito de la APS en Cataluña y para el resto de España, se retiraban de este proyecto del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Estas renuncias eran la prueba de que algo de este proyecto no va bien desde buen principio y así lo hemos trasladado oportunamente en cada una de las reuniones que ha convocado el Ministerio.
La iniciativa llega a destiempo, cuando en Cataluña ya estamos impulsando estrategias de mejora y de evolución de la APS para situarla donde le corresponde: como verdadero eje vertebrador de los sistemas públicos de salud. Esto implica, en primer lugar, revertir los efectos de los recortes presupuestarios que sufrió la atención primaria. Se está recuperando la totalidad del cobro por objetivos para los profesionales del Instituto Catalán de la Salud, se ha equiparado el sueldo de los profesionales de la atención primaria con el de los profesionales hospitalarios y se están llevando a cabo medidas activas para disminuir la presión asistencial en la atención primaria.
Y contra esta mirada de presente y de futuro de los territorios , ¿qué propone el Ministerio? Básicamente, se ha limitado a presentar una retahíla de medidas que fundamentalmente no son competencia del Estado después del traspaso de competencias. En definitiva, el Ministerio ha perdido buenas oportunidades de cambio: a pesar de que la asistencia sanitaria está plenamente descentralizada, el Gobierno español continúa reservándose una gran capacidad de decisión. Sin ir más lejos, continúa custodiando la llave de la caja y tenía ahora una gran oportunidad para comprometerse en una mejoría de la financiación finalista para la atención primaria… Oportunidad perdida.
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Conserva la capacidad de elaborar normativa básica, por lo que podría haberse comprometido a cambios valientes que favorecieran la retención de talento en la APS o mejoraran la presencia de este ámbito asistencial en las universidades… Oportunidad perdida. Conserva una gran incidencia en la investigación a través de la Acción Estratégica de Salud y podría contribuir a impulsar líneas de ayudas a la investigación específicas para la APS… Oportunidad perdida. Y así podríamos seguir, hablando de formación sanitaria especializada, de salud comunitaria, de seguridad en la práctica profesional, entre otros.
Seguramente, no era un buen momento para plantear esta iniciativa: llevar a cabo un replanteamiento estratégico de la APS está reñido con las prisas electorales, en las que impera el cortoplacismo y los tactismos electorales. No empezó bien y no acabará bien. De nuevo, el Ministerio redundará en una de sus debilidades: hacer documentos que no van más allá de un compendio de buenas prácticas que ya se están llevando a cabo en los distintos territorios. Porque es ahí donde se forja el día a día, donde confluyen los problemas del presente y los retos de futuro con la mayor capacidad transformadora. Donde las realidades de cada territorio y la interlocución con los agentes que participan en los sistemas públicos de salud forjan soluciones y propuestas de cambio exitosas.
Por este motivo, en Cataluña continuamos el desarrollo de la Estrategia de Atención Primaria y Salud Comunitaria (Enapisc) y se está impulsando el debate en torno a las necesidades futuras de profesionales con el Foro de Diálogo Profesional.
Si la realidad de los sistemas sanitarios es, pues, la que es, ¿qué debemos esperar del Ministerio? Que sea un facilitador del cambio necesario; que no se limite a recordarnos lo que ya estamos haciendo, sino que sea atrevido y que, en el ámbito de las competencias que mantiene, no pierda ninguna oportunidad para contribuir a la transformación de nuestra APS. O quizás, mejor sería para la atención primaria que las competencias de todo lo que acaba influyendo en ella sean de quien tiene la responsabilidad de prestar el servicio, en Cataluña, el gobierno de la Generalitat. Y ya puestos, que la financiación también sea consecuente con la responsabilidad.
El Consejo Interterritorial de este miércoles será testigo de una nueva oportunidad perdida para la atención primaria. Y van demasiadas. Es por este motivo que no vamos a asistir: estaremos trabajando en nuestros centros de salud, en nuestros foros profesionales, lugares donde sí se está desarrollando la necesaria transformación de nuestra atención primaria y salud comunitaria.
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