Meritxell Genescà y María José Buzón, investigadoras del Grupo de Investigación en Enfermedades Infecciosas del Instituto de Investigación Valle de Hebrón (VHIR) de Barcelona, ha descubierto que las células residentes de memoria (TRM, por sus siglas en inglés) pueden ser uno de los mayores reservorios del VIH, ya que son las células más abundantes en los tejidos periféricos, como por ejemplo la piel o el tracto gastrointestinal, así como también están presentes en el tejido adiposo, los tejidos linfáticos o incluso los órganos.
Las TRM juegan un doble papel: por un lado, son la principal diana para el virus del VIH y, por otro, representan un reservorio viral en tejidos como el cérvix. El estudio, donde colabora también el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, el Hospital del Mar, el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol y el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, se publica en Nature Communications .
El gran papel de los reservorios
Uno de los principales obstáculos para la erradicación del virus del VIH son los reservorios que almacenan el virus en un estado de latencia, o con bajos niveles de replicación, mientras los pacientes están en tratamiento antirretroviral. Estos reservorios pueden establecerse en diferentes células y tejidos por todo el cuerpo. Las características de los reservorios y de los virus que emergen cuando se interrumpe el tratamiento sugieren que los reservorios se establecen en diferentes tejidos pocos días después de infectarse, incluyendo las mucosas por donde se transmite el virus.
Profundizando en el estudio del reservorio, se sabe que las células de larga vida pueden ser buenas candidatas a albergar el virus de forma latente por su capacidad de proliferación homeostática, es decir, que de forma fisiológica van proliferando por sí mismas para mantener la memoria de la respuesta inmunitaria. Es aquí donde cobran importancia las células residentes de memòria. Las TRM se localizan en tejidos periféricos, como por ejemplo el tracto genital femenino y, al tener poca capacidad migratoria, no las podemos encontrar en sangre. Estas células están preparadas para responder de forma muy rápida en tejidos expuestos a patógenos y se caracterizan por una larga longevidad y por una capacidad de auto renovación, lo que las hace excelentes candidatas para ser reservorio.
Estudio del tejido del cérvix
El objetivo del estudio ha sido comprobar si las TRM podían ser un reservorio del VIH, lo que las convertiría en uno de los mayores reservorios del virus ya que son las células más abundantes en tejidos. En general, los estudios se llevan a cabo preferentemente en sangre porque es la muestra más accesible, pero “en el torrente sanguíneo sólo encontramos un 2% de los linfocitos T CD4 + que son la principal diana del virus del VIH. Por tanto, el gran volumen de T CD4 + está en los tejidos y es allí donde debemos buscar los reservorios”, comenta Genescà. “Por otro lado también queríamos profundizar en el estudio del tejido cervical como posible reservorio, ya que los primeros tejidos que se infectan serían muy relevantes de cara al establecimiento del reservorio, y las mujeres están poco representadas en estos tipos de estudios”, añade la profesional.
Empleando explantes cervicales infectados ex vivo, el grupo de investigación llegó a la conclusión de que las células residentes de memoria representan una diana preferencial para el virus. Compararon también tejido cervical de mujeres sanas con el de mujeres en tratamiento con antirretrovirales. Y es que, a pesar del tratamiento antirretroviral, que consigue la supresión viral en sangre, en los tejidos todavía se pueden detectar alteraciones; de hecho, los niveles de activación de las TRM en mujeres VIH + son diferentes respecto a las mujeres sanas. Por otra parte, también midieron la cantidad de virus detectable tanto por ADN como por RNA. Así, llegaron a la conclusión de que “en los tejidos de la mucosa cervical hay un nivel significativamente más alto de virus remanente que en la sangre y que la mayoría de las células que contienen este virus son las TRM”, afirma Buzón. En el estudio ha colaborado también el equipo de Ginecología del Valle de Hebrón y especialmente Cristina Centeno, quien ha contribuido de forma activa en el reclutamiento de las participantes.
Jon Cantero y Judith Grau, primeros firmantes del trabajo, señalan el hecho de que una de las características de las TRM es la expresión del marcador CD69. “Se abre una vía para una mejor identificación de los reservorios del VIH en los tejidos y es a través del marcador CD69, que se comporta de manera diferente en sangre que en tejidos”, declaran. En sangre, CD69 significa un estado de activación celular y, por este motivo, hasta ahora no se estudiaba ya que en los reservorios lo que se busca son células en estado de reposo. En cambio, en tejidos, CD69 convierte en un marcador de residencia, es decir, de que las células permanecen en los tejidos. “Así pues, nuevas terapias dirigidas a la eliminación del virus que persiste en estos pacientes deben tener en cuenta este tipo celular, presente en todos los tejidos”, concluye Genescà.
The post Un nuevo tipo celular, principal diana y reservorio en tejidos de infectados por VIH appeared first on Diariomedico.com.
from Diariomedico.com https://ift.tt/2pzdLMB