Para que se produzcan saltos cualitativos en el desarrollo de los tratamientos a veces es necesario un cambio disruptivo. Sin embargo, estos no son sencillos y requieren de un gran esfuerzo muchas veces. En la Fundación Fero han decidido apostar por apoyar dos investigaciones que pueden cambiar la forma de tratar el cáncer en los próximos años en las XVII Becas Fero en Investigación Oncológica Traslacional, el año en que cumplen su décimo aniversario.
En total la fundación destinará 160.000 euros para financiar dos investigaciones. Una de ellas para el desarrollo de tecnologías punteras para la identificación de biomarcadores en cáncer de pulmón y la otra para el estudio de la formación y desarrollo de las metástasis en cáncer de mama. Esta última beca ha sido en colaboración con Mango.
Mejorar la detección del cáncer de pulmón
Conseguir una detección precoz de cualquier tumor es fundamental para mejorar las posibilidades de supervivencia en los pacientes. Sin embargo, en algunos cánceres esto resulta complicado y no existen pruebas de cribado que ayuden en esta tarea. Es el caso del cáncer de pulmón, que presenta pocos síntomas al principio y esto hace que cuando se diagnostica muchas veces es ya en un estadio avanzado.
Priscila Kosaka, investigadora del Instituto de Micro y Nanotecnología (IMN) de Madrid del CSIC está convencida de que esto puede cambiar. Para ello quiere desarrollar una tecnología que permita la detección de proteínas de fusión en la sangre. “Sabemos que hay dos genes que no deberían estar juntos y que están relacionados con el inicio del desarrollo del tumor. Pueden ser detectados con técnicas genómicas, pero para eso es necesario hacer una biopsia. Nosotros proponemos identificar las proteínas que generan y que son marcadores específicos de ADN para hacerlo”.
La idea es combinar en un único dispositivo sensores nanomecánicos y nanoópticos, que se sumerge en la muestra y, después, en una solución con nanopartículas de oro, que amplifican la señal de detección y que reconocen la proteína, y este nanosensor es capaz de identificar proteínas en el plasma sanguíneo. “Cuando este dispositivo trabaja como un sensor nanomecánico, pesa como una báscula la cantidad de nanopartículas que han detectado las proteínas, y cuando funciona como una cavidad óptica, amplifica el brillo de las nanopartículas”, explica Kosaka.
Una de las grandes revoluciones en el campo del diagnóstico del cáncer ha sido el desarrollo de la biopsia líquida, una técnica con la que se busca identificar ADN tumoral circulante libre en la sangre. Pero este nuevo enfoque ayudaría a mejorar la precisión. “Que identifiquemos ADN mutado no quiere decir necesariamente que este sea tumoral. En cambio, estas proteínas si que están correlacionadas directamente con el inicio de la enfermedad, con lo que lograríamos un diagnóstico mas exacto”.
El origen de las metástasis óseas
Durante mucho tiempo se ha pensado que las metástasis eran una cosa de probabilidad. Pero las últimas investigaciones apuntan a que no hay tanto azar en su origen. Roger Gomis, del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona quiere desentrañar cómo se originan las metástasis de cáncer de mama en los huesos en un tipo concreto, el cáncer luminal.
“El 15% de las pacientes de este tipo de cáncer sufre metástasis. Y el 70% de ellas comienza con una metástasis en los huesos y luego se extiende a otros órganos”, comenta Gomis, quien considera que es muy posible que exista algún tipo de comunicación entre las células tumorales y las células madre mesenquimales del hueso. “Si logramos entender como se comunican, es posible que desarrollemos tratamientos que interfieran en este proceso. Así podríamos desarrollar medicinas personalizadas que ayuden, primero a cronificar la enfermedad, y luego en un futuro intentar curarla”.
Uno de los problemas de las metástasis en los huesos radica en la imposibilidad por parte de los especialistas de extirpar el tumor. “Si tienes una metástasis en la pelvis, no puedes destruir toda la pelvis. Así que ahora mismo el tratamiento se centra sobre todo en controlar el crecimiento de estas metástasis” explica Gomis, quien apunta como el entender la forma en que las células tumorales se comunican con las mesenquimales del hueso ayudaría a controlar este crecimiento e incluso interferir en la aparición de la metástasis.
La importancia de apostar por lo diferente
Tanto Gomis como Kosaka coinciden en resaltar la importancia de que una fundación como Fero decida apostar por investigaciones como las suyas, cuando están todavía lejos de lograr resultados que se puedan aplicar en la práctica clínica. “Cuando estás más cerca de conseguir un fármaco, es más fácil lograr financiación. Pero para que esto suceda, antes hay que apostar por una investigación más básica, que ayude a entender los mecanismos que se esconden detrás de la enfermedad. Solo así lograremos avanzar en la lucha contra el cáncer” explica Gomis.
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