Si usted es psiquiatra, conduce habitualmente y le para la Guardia Civil por una infracción de tráfico, tiene más posibilidades de ser multado por exceso de velocidad que el resto de especialistas médicos. Si es cardiólogo, en cambio, la velocidad no será su pasión, pero sí los vehículos de lujo… y, además, tendrá más probabilidades estadísticas de conducir uno de ellos que sus colegas de otras especialidades. Esto es, al menos, lo que se desprende de un estudio que publica el número especial de Navidad de The BMJ.
Tradicionalmente, el comportamiento de la gente al volante y el gusto por la velocidad y los coches de alta gama se asocian con determinados rasgos de la personalidad del conductor. Análogamente, hay gente que vincula la elección de una u otra especialidad al carácter y personalidad del futuro médico, y no sólo a las preferencias o perspectivas laborales de esa especialidad. El estudio, elaborado por un grupo de investigadores estadounidenses, pretendía explorar qué hay de cierto en ambas creencias, y adicionalmente trataba de dilucidar si la personalidad, el sexo y/o los rasgos físicos del infractor podían influir en la mayor o menor clemencia del agente la hora de poner la multa.
Se analizaron las multas por exceso de velocidad expedidas en Florida entre 2004 y 2017 a un total de 5.372 médicos (de todas las especialidades) y a otros 19.639 ciudadanos que no eran médicos
El informe se basa en un análisis de las multas por exceso de velocidad expedidas en el estado de Florida entre los años 2004 y 2017 a un total de 5.372 médicos (de ambos sexos y de todas las especialidades) y a otros 19.639 ciudadanos cuya profesión no era la de médico.
De acuerdo con los parámetros del estudio, el “exceso de velocidad” se definió como conducir al menos 20 millas por hora (unos 33 kilómetros por hora) por encima del límite permitido, y se consideró que un agente de tráfico actuaba con “clemencia” si consignaba en la multa una velocidad más baja de la que realmente llevaba el infractor para imponer una sanción económica menor; lo que se conoce como “minoración de la velocidad”.
Los más de 5.000 médicos analizados en el periodo de estudio recibieron un total de 14.560 multas por superar el límite de velocidad permitido, y el mayor porcentaje de infractores eran, precisamente, psiquiatras. Ahora bien, el porcentaje de infractores que confesó conducir por encima de las 20 millas por hora establecidas como límite era muy similar entre los médicos y entre el resto de la población de control (26,4% y 26,8%, respectivamente), lo que evidencia que los facultativos no son especialmente proclives a correr en la carretera.
El 40,9% de los cardiólogos multados conducía un vehículo de lujo, el porcentaje más alto de todas las especialidades
De todos los especialistas médicos multados, sólo el 18,5% eran mujeres, pese a que las doctoras representan ya a un tercio de los facultativos de Estados Unidos, matiza el estudio. Lo que no aclara es si el bajo porcentaje de féminas multadas tiene que ver con su mayor prudencia al volante o con una actitud más indulgente por parte del agente de tráfico. Lo que, en absoluto, corroboran los datos es que determinadas especialidades puedan ser tratadas con más clemencia que otras por esos mismos agentes: las tasas de “minoración de la velocidad” registradas no diferían por especialidades, ni tampoco excesivamente entre los médicos y el resto de la población.
Coches de alta gama
Lo que sí es estadísticamente comprobable es el porcentaje de vehículos de alta gama detenidos por infracción y quiénes los conducen. Por “alta gama”, el estudio incluye marcas como Audi, BMW, Ferrari, Maserati y Porsche. Entre los médicos multados por exceso de velocidad, los cardiólogos son quienes más conducían un vehículo de alguna de esas marcas (un 40,9%), y sólo un 20,6% pertenecían a especialidades como Urgencias y Emergencias, la propia Psiquiatría, Cirugía General, Medicina de Familia y Pediatría. Probablemente, en esta diferencia de porcentajes, a los gustos personales habría que sumar el poder adquisitivo, y concretamente las diferencias retributivas entre especialidades y niveles asistenciales que confirman todos los estudios salariales.
Éste es el primer estudio que analiza especícifamente el comportamiento de los médicos al volante, pero los propios investigadores matiza que se trata de un estudio observacional, ceñido al estado de Florida y con un universo limitado, de forma que no se pueden extraer conclusiones firmes ni extrapolar los datos a países con otro código de circulación, otra regulación de las infracciones u “otras prácticas policiales”.
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