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España necesita 1.600 millones para renovar su tecnología sanitaria, la más obsoleta de Europa tras las Repúblicas Bálticas

La patronal de empresas de tecnología y productos sanitarios Fenin ha presentado una actualización de su informe sobre obsolescencia de los equipos de tecnología sanitaria. Y las noticias no son buenas: pese al fin de la crisis económica el problema de obsolescencia no se ha reducido sino que se ha agravado y España está ya en penúltimo lugar de Europa, con sólo las Repúblicas Bálticas superándola en antigüedad de los equipos tecnológicos.

En concreto, más de la mitad de los equipos de cuidados críticos y de áreas quirúrgicas están anticuados, lo que puede suponer según David García, de Fenin, un riesgo: “Hay algunas tecnologías especialmente críticas en las que la obsolescencia es preocupante porque el impacto en el paciente es directo, como en monitorización de críticos, soporte vital y sistemas de inyección de contraste que además del riesgo por ineficiencia diagnóstica que presentan otros tipos de equipos, estas tecnologías en particular representan un riesgo de seguridad porque un mal mantenimiento de estos equipos puede suponer un riesgo para el paciente; el riesgo es inmediato para la seguridad del paciente”.

Pese a ese mayor riesgo, tanto por ineficiencia diagnóstica como por mayor radiación, Fenin reconoce que es prácticamente imposible calcular cifras de daño a la salud o mayor mortalidad por la obsolescencia tecnológica. El vicepresidente de Facme, Ángel Gayete, que ha acompañado a la patronal en la presentación del estudio, ha explicado que “cifras de impacto sobre la mortalidad evitable de los nuevos equipos es difícil de dar, pero sí cabe preguntarse si, por ejemplo, si se debería hacer radiología a los niños con determinadas máquinas. Ahí queda la cuestión. Lo mismo ocurre con la dosis de contraste que se da a los pacientes, que no tiene nada que ver con los equipos nuevos que con los viejos. O, por ejemplo, podemos pensar en el debate actual sobre implantación del cribado de cáncer de pulmón: el debate es estéril porque para hacer el cribado de cáncer de pulmón tendríamos que dar unas dosis muy bajas porque sería en población sana y eso se puede hacer con equipos nuevos pero no con los viejos que tenemos actualmente”.

El estudio muestra, en concreto, una radiografía de la antigüedad de 13 familias tecnológicas “que supone sólo la punta el icerberg” de todas las tecnologías, según explica Carlos Sisternas, presidente del sector de Tecnología y Sistemas de Información Clínica de Fenin que no descarta ir incorporando en el futuro otros tipos de tecnologías como equipos de hemodiálisis. Sobre esta base, en España hay un 34% de TC con más de 10 años, un 44% de RM, un 34% de sistemas de intervencionismo, un 34% de ALI, 61% de equipos de radiología convencional, un 41% de mamógrafos, un 29% de ecógrafos, un 38% d PET, un 67% de equipos de soporte vital, un 55% de los de monitorización, un 72% de los de terapias de calor, un 54% de SDiC y un 20% de endoscopias.

Las recomendaciones internacionales de COCIR marcan, sin embargo, que el porcentaje de equipos de alta tecnología sanitaria con más de 10 años no debería superar el 10% del total y el de equipos con entre 5 y 10 años no debe sobrepasar el 30%.

El problema de obsolescencia denunciada por Fenin está lejos de ser nuevo: la patronal lleva seis años denunciando este problema y reclamando al gobierno un plan Renove no termina de llegar. Y en el intervalo la situación se ha agravado, tan sólo paliada en parte gracias a la donación de Amancio Ortega, de 320 millones de euros que ha permitido incorporar 99 equipos fundamentalmente aceleradores lineales pero que, en cualquier caso, se ha enfrentado también a problemas burocráticos para poder materializarse, con litigios sobre las adjudicaciones y licitaciones que han impedido en muchos casos instalar los nuevos equipos hasta la fecha.

Y e que, incluso incluyendo a sector sanitario privado, mirando los datos con cierta perspectiva temporal, las cifras han empeorado considerablemente. En el caso de las TC, por ejemplo, hace una década, en 2009, el 15% superaba los 10 años, una cifra que habría subido ya al 34% a cierre de 2018. El empeoramiento ha sido mayor en el caso de las RM: desde el 15% que estaban obsoletas en 2009 al 44% que lo están actualmente. Malos datos también para el intervencionismo, con un 19% de equipos obsoletos en 2009 y un 34% actualmente.

Sin tapujos la patronal afirma en su estudio que la elevada obsolescencia del parque tecnológico sanitario “se pudo atribuir a la crisis pero ahora no encuentra justificación”. Y ante eso, la patronal considera “urgente y prioritario desarrollar u plan de acción que permita el reemplazo del equipamiento obsoleto no recuperable, actualizando los equipos anticuados y garantizando un mantenimiento del parque de equipos sanitarios de forma planificada”. La patronal interpela “a la voluntad de gobierno central y autonomías para dar respuesta a esta necesidad”.

Plan de choque

Fenin pone cifras a ese plan de choque urgente para renovar los equipos: 1.600 millones de euros en 4 años.

La directora general de Fenin, Margarita Alfonsel, ha explicado al respecto que “España está en algunas tecnologías en penúltimo lugar de Europa y eso es inadmisible. En áreas como áreas quirúrgicas y cuidados d pacientes críticos la obsolescencia afecta a más del 50% de equipos y eso debe cambiar. Por eso reclamamos un plan estructurado con financiación finalista con participación de todos los implicados,  Gobierno y autonomías”. La directora general de Fenin, que ha estado acompañada en la presentación del estudio por Ángel Gayete, vicepresidente de Facme, ha detallado también que “no existe una diferencia significativa entre los centros de carácter público y privado”.

A esta misma idea se ha sumado Gayete: “Aflorar los datos de obsolescencia no es suficiente: hay que poner los  recursos necesarios para poder salir de esos datos de cola y que se cumpla con la obligación política de ofrecer una asistencia de calidad y en condiciones de seguridad y equidad. Es perentorio un plan de choque y un plan  medio y largo plazo”.

Por otra parte, el nuevo estudio incluye también información sobre a obsolescencia entre autonomías, si bien sólo detalla los datos en aquellas que tienen más de 10 equipos instalados y/o más de 6 centros sanitarios con más de 150 camas, para evitar señalar con el dedo a un equipos u hospital concreto (en los gráficos, las autonomías que no figuran detalladas se muestran con el dato de la media nacional).

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