Este no ha sido un buen puente para la población reclusa. Han fallecido ocho personas que cumplían prisión: dos en Asturias; dos en Sevilla I; uno en Sevilla II; uno en Madrid VI; uno en Ocaña II y uno en el penal de El Dueso (Cantabria). La explicación más rápida para justificar este dato ha sido asociarlo a la forma de dispensación de la medicación en fines de semana y puentes largos, donde la práctica más habitual es darle a los reclusos todas las dosis a la vez, para que ellos se autogestionen.
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Así ha aparecido en varios medios, sobre todo en los casos donde el suicidio se muestra como la causa de muerte mas probable. Sin embargo, “hasta que no se conozca la autopsia es imposible establecer el motivo del fallecimiento”, adelanta Carmen Hoyos, coordinadora de Sanidad Penitenciaria en la Vocalía de Administraciones Públicas del Consejo General de Colegios de Médicos.
Hoyos afirma que “decir que las muertes están relacionadas con la falta de personal y la dispensación de fármacos es arriesgado porque sabemos que en las cárceles entran psicofármacos y drogas ilegales”. Adelanta: “Ya nos gustaría que en el medio penitenciario se dispensara todo en boca, pero eso no se da y tampoco se da en la calle. Así que me parece poco serio aprovechar que se den fallecimientos por sobredosis y achacarlo a falta de personal”.
La médico explica que “la dispensación de fármacos está en manos de enfermería y de auxiliares que no son los colectivos con menos personal, aunque están cargados de mucho trabajo”.
Sobre esta cuestión ahonda Juan Carlos Bermúdez, secretario del Sindicato Profesional de Sanidad Penitenciaria y enfermero de profesión, que explica cómo esta práctica de dar la medicación de cuatro días no es algo que se haga en todos los centros: “Depende de cada prisión, además, en algunos casos se da la medicación de una sola vez para toda la semana, de forma habitual”.
Por otro lado, Bermúdez no entiende que esta cuestión haya sido ahora motivo de atención mediática, pues, según reconoces, no es algo de ahora. Explica: “los fines de semana, las guardias están compuestas por médico y enfermero, y sería materialmente imposible que hicieran el reparto del tratamiento farmacológico a cada preso”.
Fuentes de Instituciones Penitenciarias también consideran arriesgado relacionar estos fallecimientos con la práctica de dispensación de medicación en puentes y fines de semana. Además, apuntan que, en lo que llevamos de año, el número de fallecidos en prisión está por debajo de los datos de 2018, un año en el que se registraron 154 muertes dentro de las cárceles, de un total de 210 fallecidos (56 en hospitales, 15 en permisos y 5 en otras situaciones).
En 2018, 33 de esas muertes fueron por suicidio; 69 por drogas y el número más abultado lo representan los fallecidos por causas naturales, que fueron 114.
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