La voz metálica con la que Stephen Hawking se comunicaba desde que dejó de articular palabras es el sonido que los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) se han resignado a emplear hasta ahora. Las agencias BWM Dentsu y Haystac, en Australia, pertenecientes al grupo publicitario Dentsu Aegis Network, junto con la start-up de inteligencia artificial canadiense Lyrebird y la firma australiana Finch, han desarrollado una alternativa, el Proyecto Revoice, y lo han probado por primera vez con Pat Quinn, miembro de la ALS Association, la agrupación estadounidense de enfermos de ELA, y promotor del reto Ice Bucket Challenge, que en 2014 tuvo a medio mundo echándose cubos de agua helada por encima, dando visibilidad a la enfermedad y recaudando 100 millones de dólares para su investigación.
La herramienta tiene el potencial de beneficiar a cualquiera que pierda su voz por una enfermedad, y Lyrebird ha recibido ya registros de voz de personas con otras patologías
La idea surgió inicialmente de BWM Dentsu, cuyo equipo “detectó un gran desarrollo en el terreno de la tecnología de voz, como revelan los ejemplos de Google Home y Alexa, asistentes de voz de Google y Amazon. Pensamos en la posibilidad de usar la tecnología de voz para devolvérsela a quienes hubieran perdido la suya, y eso nos llevó a la ALS Association, que se entusiasmó con la idea”, explica Asheen Naidu, director creativo de BWM Dentsu.
Naidu cuenta que la iniciativa fue financiada por la ALS Association, “gracias a varios de sus socios que nos ofrecieron sus servicios sin coste alguno para convertirla en una realidad”. Brian Frederick, su vicepresidente de Comunicación de la asociación, añade que “nuestro equipo de servicios médicos prestó el asesoramiento, sobre todo a través de un especialista en tecnología auxiliar cuya aportación ha sido de enorme valor y que seguirá siendo clave para que el programa avance”.
Se limita de momento al inglés, pero a medida que el programa crezca y se involucren otras asociaciones de ELA, los impulsores esperan incluir más idiomas y acentos
Además, la productora Finch filmó todo el proyecto desde su división de innovación, Nakatomi, incorporando la tecnología en el dispositivo de recogida de señales oculares de Quinn.
“Los genios de la tecnología fueron los miembros de Lyrebird, cuyos conocimientos sobre algoritmos permitieron analizar el ADN de la voz de Pat a partir de los vídeos y entrevistas realizados en el lanzamiento del Ice Challenge Bucket, para, a partir de ahí, crear un clon digital completo de su voz. La tecnología Lyrebird se empleará para clonar todas las voces grabadas en adelante”, añade Naidu.
David Dodero, responsable de operaciones de Lyrebird, recuerda que “el proyecto fue posible gracias al desarrollo de tecnología puntera en inteligencia artificial y redes neuronales artificiales, aplicados a la síntesis de voz. Estas redes son una de las principales herramientas usadas en el aprendizaje automático o machine learning, como sistemas inspirados en el funcionamiento del cerebro, que tratan de replicar el modo en que los humanos aprendemos. Son de extraordinaria utilidad en la identificación de patrones demasiado complejos o numerosos para que un programador humano los extraiga o instruya a una maquina en su reconocimiento”.
Requisito imprescindible
Naidu afirma que la tecnología depende por completo de que se disponga de grabaciones de alta calidad con las que trabajar. “Para poder comunicarse con su propia voz, los pacientes que utilicen Revoice deben almacenar un banco de voz de 2 a 3 horas de duración”. Esa condición es difícil de conseguir en función de lo avanzado de la enfermedad. De hecho, en el caso de Quinn, “pudimos recrear su voz gracias a entrevistas y charlas impartidas en el lanzamiento del reto. Aun así, tardamos meses en encontrar, analizar, limpiar y transcribir todo el audio disponible para construir el banco de voz que requiere la tecnología de Lyrebird”.
La ALS Association está divulgando el avance entre varias organizaciones similares por todo el mundo, empezando por entidades colaboradoras en Australia, Canadá y el Reino Unido
Otro avance a desarrollar en el Revoice, según Naidu, será el que permita que los pacientes de ELA puedan mantener conversaciones normales, hablando de manera espontánea y natural con su propia voz. “De momento, la tecnología sólo permite el uso de mensajes pregrabados o palabras unidas unas detrás de otras, pero esto da lugar a una reproducción algo deslavazada y poco natural”.
Aunque el coste exacto de la herramienta aún debe ser determinado, ”Lyrebird aspira a asignar unos costes lo mas bajos posibles sin generar perdidas, y a que la tecnología pueda beneficiar a cualquier persona que pierde su voz a causa de una enfermedad”.
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