La implantación de la troncalidad es una cuestión que todavía genera rechazo entre los tutores de Cirugía Ortopédica y Traumatología porque se percibe como una vuelta atrás. Así lo asegura Fernando Marco, jefe del servicio del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (Secot), en una entrevista con DM para analizar el estado de la especialidad con motivo del 55º congreso de la organización.
PREGUNTA. ¿En qué proyectos han trabajado en estos años?
RESPUESTA. Tenemos líneas muy consolidadas en nuestra sociedad, por ejemplo la que se refiere a la formación de nuestros residentes, que consideramos una de nuestras señas de identidad. Tenemos un curso de introducción a la especialidad en el que participa prácticamente el 95 por ciento de los 240 MIR que empiezan su formación cada año. Les vamos formando en diferentes conocimientos y actividades y ese programa desemboca en la posibilidad de presentarte de forma voluntaria a un examen final. Antes era una prueba nacional, algo que muy pocas especialidades hacen, y ahora lo hemos unido al board europeo, con lo cual quienes lo hacen consiguen una certificación. Aproximadamente se presentan entre 90 y 100 MIR, y aprueban un tercio de los que hacen la prueba.
“Es mejor que un MIR sólo esté en un centro porque eso le da visión y confianza en sí mismo y así el resto de la plantilla sabe qué esperar de él”
¿Y alguna medida pensada para los adjuntos?
El año pasado iniciamos nuestro programa de recertificación , que consiste en un curso on line durante dos años con lo que se supone que tiene que conocer un traumatólogo general. Se han presentado en esta primera edición 900 profesionales becados por nuestra sociedad. Si bien es cierto que podríamos haberlo bautizado como “programa de actualización”, “puesta al día”, entendemos que podría ser la base del futuro programa oficial.
¿Cómo opinan que tendría que desarrollarse la recertificación?
Creemos que es una necesidad que el profesional actualice sus conocimientos durante su carrera profesional, que puede durar entre 30 y 40 años. Pero es un proceso que no existe de forma estructurada en todos los países y que en algunos está cuestionado. Por ejemplo, en EEUU lo critican muchas sociedades médicas: se cuestiona el desgaste en tiempo y dinero que supone para los profesionales. Por ejemplo, el caso de un traumatólogo que lleve 10 años haciendo sólo cirugía de la mano y que se le exija que estudie cirugía del raquis. Habría que vincularlo al ejercicio profesional; que realiza su actividad con unas condiciones y resultados adecuados, con el visto bueno de los pares y pacientes. En mi opinión, eso es la verdadera recertificación, no que tenga que examinarse y asignar recursos a un área que no está relacionada con su día a día.
“Hay que vincular la recertificación a las condiciones y resultados de la actividad, no a un examen no relacionado con el día a día”
Uno de los temas más debatidos es la falta de profesionales. ¿Cómo cree que afecta o podría afectar a su especialidad?
Bueno, ahora estamos en un momento en el que los centros van a revisar sus plantillas. Me atrevería a decir que el paro no existe entre nuestros especialistas, si acaso de forma técnica. Es cierto que normalmente quieren quedarse en los centros más grandes o modernos y eso puede generar un problema de distribución. Pero de ahí a que se plantee ampliar la oferta MIR, sinceramente no lo veo tan claro en Traumatología. Creo que el número es suficiente y también hay que tener en cuenta la capacidad de los hospitales. Los residentes deben formarse en aquellos centros que puedan dar una docencia completa, que es lo que marca el programa MIR. Si aumentamos la oferta formativa sin centros que cumplan esas condiciones, la residencia se convertirá en una itinerancia, y eso no siempre es bueno. Es mejor que el residente sólo esté en un sitio porque es lo que le da visión, confianza en sí mismo y además el resto de la plantilla sabe qué esperar de él.
Siguiendo con los residentes, ¿qué esperan de la troncalidad?
Hemos revisado nuestro programa MIR, que data de 2007, pero está parado a la espera de ver qué pasa. Hay que decir que, según una encuesta interna que hicimos entre los tutores, la mayoría se opone a la troncalidad. Rechazan el modelo que se conoce, que no sabemos si volverá a cambiar. El proyecto lleva más de 10 años en el mercado y no se ha podido consolidar… creo que casi nadie está especialmente contento ni seguro de que vaya a salir. Hay que tener en cuenta que la especialidad ha crecido mucho y hay un debate soterrado entre los que quieren que se desarrollen ciertas áreas específicas y los que piensan que eso es desmembrar nuestra disciplina. Si esto lo juntamos a una formación que pretende volver a esquemas del pasado… no tenemos tiempo suficiente para entrenar a un traumatólogo en cinco años y quieren que volvamos a un tronco común. O nos dan más tiempo y dinero o vamos a ser incapaces de hacerlo.
“Todavía hay debate sobre la evidencia acerca de la eficacia de la aplicación de productos biológicos o el uso de la terapia celular en la especialidad”
Aparte del futuro del sistema MIR, ¿qué otras controversias o debates tienen dentro de la especialidad?
Respecto al ejercicio de la profesión, la concentración de la complejidad, que va unido a la utilización de los recursos; la discusión de hasta dónde tiene que llegar cada centro o si queda al libre albedrío del profesional… eso es un tema que a todo el mundo le pica o le incomoda, pero es obvio que ni los recursos ni la experiencia son los mismos en cada centro. En el ámbito más asistencial o técnico, todas las expectativas en el terreno de la biología, como la terapia celular o la aplicación de productos biológicos como los plasmas ricos en plaquetas… todavía hay debate sobre la evidencia de la eficacia de esos tratamientos. ¿Hacia dónde va el futuro? Implantes activos que sean más que piezas de metal, el uso de los brazos robóticos, cuya inversión está un poco desequilibrada respecto a las ventajas que ofrece; la cirugía por imagen, el uso de los implantes en 3D… los grandes centros van a tener que disponer de tecnología para crear sus propios implantes o se aliarán con empresas externas.
¿Tienen alguna petición para la nueva ministra, María Luisa Carcedo?
Tenemos una demanda que llevamos años llevando al Ministerio de Sanidad: la puesta en marcha de un registro nacional de artoplastias. Para nosotros se trata de una herramienta de trabajo imprescindible y que ya existe desde hace tiempo en otros países. Nos permitiría extraer datos continuos y a largo plazo del comportamiento de las diferentes prótesis e implantes. Nos gustaría que el ministerio le diera apoyo normativo y económico a este proyecto, pero lleva años aparentemente parado, todavía en estudio.
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