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“Hacemos una Bioética al margen de ideologías”

Federico De Montalvo Jääskeläinen (Madrid, 1966) ha sido nombrado presidente del Comité de Bioética de España. Dirige el Centro de Innovación del Derecho (Cid-Icade) en la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid, donde imparte clases de Constitucional y Sanitario. En la sede que tiene la universidad en la madrileña calle de Alberto Aguilera admite encontrarse como pez en el agua. Recuerda que fueron los jesuitas los que trajeron la Bioética a España y a parte de Europa. De naturaleza inquieta, ocupa un sillón en el Comité Internacional de Bioética de la Unesco. “Hace unos años me dijo un colega y maestro: Federico, usted es un hombre del Renacimiento”, cuenta.
PREGUNTA. Pasa de vicepresidente del Comité a presidente, ¿le ha sorprendido su nombramiento?
RESPUESTA. Sí, había dos candidatos y he sido el más votado.

P. ¿Qué espera de 2019 para el Comité de Bioética de España?
R. Consolidar lo que hemos logrado con el Ministerio de Sanidad en el último Comité, que es mantener abierta la vía de comunicación, de diálogo y de trabajo y disponer de más medios para poder avanzar y hacer más cosas.

P. ¿Quiere decir que con el equipo del Ministerio de Sanidad del anterior Gobierno hubo sintonía?
R. Conseguimos, y fue un gran logro de la presidencia anterior, Teresa López López, que el ministerio nos pidiera informes, algo que no había sucedido antes.

P. ¿Cuántos y cuáles?
R. El informe del anteproyecto del aborto, y otro, que fue muy importante, sobre la regulación de ensayos clínicos. También nos pidió el informe de la profilaxis preexposición (PrEP) y el de la discapacidad. Por iniciativa propia hicimos el informe de vacunas, que iba en la línea del ministerio, y le preocupaba, y el de la gestación subrogada. Además, la Comunidad de Murcia nos pidió un informe sobre un decreto de biobancos.
El primer comité no recibió ninguna solicitud del Ministerio de Sanidad y hemos pasado a un comité que en cinco años ha tenido cinco solicitudes.

P. Sin embargo, ¿no tiene la sensación de que están infrautilizados?
R. En el anterior mandato, no. Tampoco se nos puede convertir en un órgano de consulta permanente. Tenemos que informar cuando hablamos de proyectos de ley o decretos, como ocurrió con los ensayos clínicos. Abrimos un diálogo con Sanidad y conseguimos que entendiera que somos un órgano creado por ley y consultivo. No hay opción, la consulta es preceptiva, cuando pueda existir algún dilema bioético. Pero nuestros informes no son vinculantes, que es lo mismo que ocurre con el Consejo de Estado, por ejemplo. Planteamos los conflictos de un tema. No somos un órgano resolutorio.

Un pasado como abogado y jurista ‘florero’

Ha sido cura antes que fraile. Es decir, abogado antes que profesor de Derecho. Federico de Montalvo, licenciado en la Universidad Autónoma de Madrid, estuvo 20 años como abogado defendiendo a médicos y a la Administración sanitaria en juicios por mala praxis, al tiempo que ocupaba el sitio del jurista en los comités de ética de ensayos clínicos y de ética asistencial, cuando estos echaron a andar en los hospitales hace 25 años. “Al principio, todos me veían como que ocupaba un puesto florero, un requisito legal, hasta que empezaron a tomar fuerza las cuestiones legales en los ensayos clínicos”. De esos años recuerda la premura en el abordaje de los temas, algo que confiesa no echar de menos. Las enseñanzas las resume así: “No hay solo una verdad de las cosas, es necesario escuchar mucho y llegar a acuerdos”. También admite que esos años de ejercicio le han hecho mejor profesor de Derecho o, al menos, “eso dicen sus alumnos”. Pero, su nueva ocupación, el mundo universitario, le gusta más.

 

P. A pesar del trabajo en armonía al que se refiere, la renovación del Comité se retrasó y, finalmente, fue publicada en el último Boletín Oficial del Estado (BOE) de la era Rajoy.
R. El proceso de renovación lo conozco algo, porque desde el ministerio nos preguntaron para que le propusiéramos nombres y también los problemas que teníamos. Sin embargo, se retrasó por motivos que no conozco, aunque hay que tener en cuenta el contexto político del momento, con el problema catalán. La decisión sobre los nuevos miembros estaba formalmente hecha en verano de 2017. Entonces, Sanidad llamó a algunas personas ya ese verano. No fue una decisión de última hora.

P. ¿Puede hacerse una Bioética al margen de ideologías?
R. Prácticamente todos los informes que hemos sacado han sido votados por unanimidad, lo que demuestra que ha sido un Comité en el que ha primado no solo el conocimiento técnico sino también saber dialogar y buscar puntos de encuentro. En temas tan complejos como la vacunación infantil, la discapacidad, el VIH y la libertad sexual o temas como la gestación subrogada, hemos emitido informes en algunos casos unánimes y en otros prácticamente. Por lo tanto, creo que es posible una Bioética al margen de ideologías, y la hemos hecho. Otra cosa es que cada uno tenga sus convicciones personales o morales, pero aquí se trata de hacer una Bioética para la sociedad.

P. El informe del aborto contó con un voto particular y el de la maternidad subrogada con otro.
R. En el tema del aborto, no fue porque el tema fuera el aborto, sino porque era un Comité que nos conocíamos menos. Hemos avanzado, como órgano colectivo, en la confianza y en poder trabajar mejor. Además, la unidad del Comité no quiere decir que no haya debate. Ha habido pluralidad de ideas y se ha buscado un acuerdo y lo hemos conseguido en muchos casos.

P. ¿Van a hacer un informe sobre la despenalización de la eutanasia?
R. Somos un órgano consultivo del Gobierno e independiente. Si estuviéramos hablando de un proyecto de ley, obviamente, de acuerdo con la Ley de Investigación Biomédica -que recoge la creación y funciones del Comité-, nos tendrían que consultar. Pero estamos hablando de una iniciativa que surge de una proposición parlamentaria y que está ahora en debate parlamentario. Hacer un informe sin solicitud por parte del Parlamento puede considerarse una intromisión en el juego democrático.

P. De modo que no va a haber informe de la eutanasia del Comité de Bioética de España.
R. Ahora mismo, formalmente, no sería correcto. Otra cosa es que podría ser conveniente que el Parlamento lo solicitara. Una cosa es la oportunidad y la otra, la obligatoriedad. No es obligatorio. ¿Podría ser oportuno? Pues, es una valoración política que tiene que hacer el Parlamento.

P. ¿Qué piensa usted?
R. Éticamente podría ser oportuno. Políticamente es una decisión que no nos corresponde y el Parlamento tiene la legitimidad para tomar la decisión que considere.

P. ¿Cuál es la utilidad de la Bioética?
R. Entre otras cosas, la Bioética lo que viene a determinar en este escenario biotecnológico es si todo avance científico es un avance para la humanidad. Significa cuestionar si todo lo posible es deseable. Porque no todo lo posible es deseable. Hay avances que suponen alteraciones importantes del ser humano. Hay tecnologías que pueden suponer un retroceso en la dignidad humana.

P. ¿Por ejemplo?
R. Hay determinadas alteraciones del genoma que buscan el perfeccionamiento humano y que solo se vea como ser humano que merezca la pena vivir el que es perfecto. Por eso, el mejoramiento plantea muchos dilemas. Planteamos el avance científico como avance para la humanidad.

P. ¿En qué medida el sistema de investigación clínica español tiene presente la Bioética en su avance?
R. España tiene normas suficientes para regular estas cuestiones. Hay una base de evaluación ética muy consolidada desde hace años. Tanto a través de los comités de ética asistencia en los hospitales, que hay una tradición, y, sobre todo, a través de los comités de ética de la investigación, que tienen ya más de 25 años.

P. Usted al principio señalaba la necesidad de contar con más recursos, ¿qué presupuesto tiene el Comité?
R. No tenemos un presupuesto directo asignado. Estamos dentro de los presupuestos del Instituto de Salud Carlos III. Estamos trabajando con el Ministerio de Sanidad en que haya una asignación para que podamos desarrollar más proyectos.

P. ¿Qué proyectos?
R. Trabajar hacia dentro y hacia fuera. Hacia fuera con Latinoamérica y Europa del Sur, creando una Red de Comités del Mediterráneo, con Italia, Francia y Portugal; hacia dentro, impulsando la Red de Comités de Bioética de España. Llevamos ya tres años con este trabajo, cuyo promotor es Rogelio Altisent, vicepresidente del Comité de Bioética. Queremos vertebrar la Bioética a través de esa red de comités. El actual Ministerio de Sanidad, a través de su secretario de Estado, Faustino Blanco, nos ha dado su apoyo. Ahora hay que llevar una propuesta al Consejo Interterritorial para que le de una validez a esa red y la considere como la voz de la Bioética vertebrada.

P. ¿Cuáles van a ser los próximos informes del Comité?
R. Estamos preparando un informe sobre los aspectos éticos del uso secundario de los datos de salud, aprovechando la aprobación de la ley de protección de datos. Y queremos trabajar sobre los retos del sistema nacional de salud, como el envejecimiento, el profesionalismo…

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