Una ciudad de cerca de 15.000 habitantes bien merece contar con, al menos, varios centros de salud y un centro de especialidades de alta resolución donde prestar una atención sanitaria integral a la población.
En realidad, no es una ciudad, sino una fábrica de coches. De tamaño monumental: el centro de producción de SEAT en Martorell (Barcelona) roza los tres millones de metros cuadrados, y por los laterales de sus amplias avenidas se suceden los edificios donde, paso a paso, se construyen anualmente en torno a medio millón de coches. La fábrica está en marcha 24 horas al día y, con tal volumen de actividad, raro es el día en que alguno de los puntos de atención urgente -donde también se realizan revisiones y atención a dolencias comunes- no recibe algún paciente.
Sin embargo, en 2017 la marca española decidió dar un paso más allá, “rompiendo la barrera entre la salud laboral y la salud en general”, según explica a Diario Médico Patricia Such, responsable del Área de Salud y Seguridad en el Trabajo de SEAT.
Así nació el Centro de Atención y Rehabilitación Sanitaria (ojo a las siglas: CARS), en el que 25 profesionales -la mayoría médicos del Trabajo, pero también cardiólogos, ginecólogos y traumatólogos- se ocupan de la salud de los empleados de la compañía. Y, en efecto, de una forma que va mucho más allá de la salud laboral.
Un ‘completo’
“En caso de accidente de trabajo, lo único que no podemos hacer aquí es cirugía. Del resto, nos ocupamos: pruebas de imagen, infiltraciones, factores de crecimiento, rehabilitación…”, describe Such. En cuanto a la enfermedad común, “ayudamos en lo posible”.
Así, en el CARS se realizan chequeos completos -“más allá de las revisiones clásicas de un servicio de Medicina del Trabajo”, matiza Such-, que incluyen pruebas de esfuerzo y ecocardiogramas a deportistas y personas con factores de riesgo cardiovascular.
Área de la mujer
Quizá una de las señas de identidad del CARS sea su atención a las 3.000 mujeres que trabajan en la planta de Martorell -con una media de 42 años, suponen el 20 por ciento de la plantilla-. En el tiempo que lleva el centro en funcionamiento, han pasado por sus consultas en torno a la mitad de ellas.
El CARS cuenta con el equipamiento necesario para “realizar un screening completo: sonografía mamaria, mamografía si es necesario, citología y cribado de cáncer de cérvix”, describe Such.
Estas revisiones han permitido detectar 18 lesiones premalignas de cérvix y tres casos de cáncer (dos de mama y un tumor cervical intraepitelial).
El centro ahorra gasto tanto al sistema público, al que le ‘quita’ pacientes, como a la propia empresa, reduciendo las ausencias al trabajo
La suma de todas estas prestaciones supone, por un lado, “un importante ahorro para el sistema público de salud”. Por ello, la empresa automovilística trabaja en un proyecto con el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) para colaborar con los médicos de atención primaria del área (Bajo Llobregat), dado que muchos de los trabajadores de la planta viven por la zona y pueden ser atendidos de prácticamente cualquier dolencia directamente en el CARS. Asimismo, otro objetivo es “que podamos proporcionar los datos clínicos que vamos acumulando al sistema público”.
Pero no sólo este sistema se ve beneficiado: también la propia empresa. “Las citas se monitorizan de forma eficiente en cuanto a tiempo para que los trabajadores falten de su puesto lo menos posible. De hecho, las salas de espera suelen estar vacías porque el paciente es atendido a la hora que le toca”, comenta Such.
Además, la posibilidad de realizar pruebas de imagen y analíticas en el momento “permite realizar un diagnóstico instantáneo, reduciendo así la duración de las bajas”.
Biomecánica
Y, ya puestos y con tantos medios, el CARS también ha dado una vuelta de tuerca a la Medicina del Trabajo. En sus instalaciones -primer edificio de Europa con la certificación Edificio Sostenible LEED Platinium que emite el US Green Building Council en la Unión Europea-, cuenta con un laboratorio de biomecánica único: más de 20 cámaras monitorizan la actividad de un empleado que, ataviado con unas gafas de realidad virtual, reproduce los movimientos que realiza durante su trabajo.
El sistema crea un modelo en 3D que analiza “los riesgos y la ergonomía de cada puesto, lo que nos sirve para prevenir lesiones osteomusculares y rediseñar los puestos de trabajo y los equipos de protección individual”.
Asimismo, se crean simulaciones virtuales de las líneas de montaje de los modelos de coche que se empezarán a producir en un futuro para diseñarlas directamente de una forma más segura y ergonómica.
Además, contar con un gimnasio de rehabilitación completo y profesionales de fisioterapia ha permitido diseñar el sistema return to work (vuelta al trabajo): “Cuando algún trabajador ha sufrido un accidente o lesión laboral y está en condiciones de reincorporarse, trabaja durante el 80 por ciento de su jornada y el 20 por ciento restante recibe rehabilitación o consejos de higiene postural y prevención de riesgos con nuestros entrenadores”.
Investigación
Si la atención a la enfermedad común y los cribados y la asistencia en salud laboral son los dos grandes pilares sobre los que se asienta el CARS, un tercero cada vez más robusto es la investigación: “Con los datos que acumulamos de los trabajadores tenemos una cohorte de población grande, representativa, estable y de larga duración, porque la mayoría de los trabajadores se jubilan aquí. Eso nos da muchas posibilidades para realizar estudios retrospectivos utilizando big data”.
Uno de los objetivos del CARS es potenciar la investigación gracias a un comité científico y al ‘big data’, al contar con una cohorte representativa
El análisis de estos datos ha arrojado como resultado que, en ámbitos como el tabaquismo, el sobrepeso, la hipertensión, la hiperglucemia, el colesterol, los triglicéridos, el consumo de alcohol o la práctica de deporte, la salud de los trabajadores hoy es mucho mejor que hace 20 años.
Por otra parte, SEAT cuenta con un comité científico externo para estas investigaciones con profesionales de renombre, como Bonaventura Clotet, director del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, y Ramon Estruch, consultor de Medicina Interna del Hospital Clínico de Barcelona.
Gracias a este comité se ha podido realizar un estudio de intervención sobre 600 trabajadores -300 en intervención y 300 en grupo de control- “para demostrar la influencia de la dieta mediterránea, el ejercicio físico y la gestión de las emociones (la gran olvidada en salud laboral) en marcadores de salud y en la microbiota, lo que le convertirá en, probablemente, el primer estudio de microbiota en población sana”.
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