El Círculo de la Sanidad y la Fundación Gaspar Casal han presentado este miércoles en el Ministerio de Sanidad un informe sobre la evolución de los indicadores sanitarios y de salud en el Sistema Nacional de Salud entre los años 2012 y 2015-2016, considerados los más vinculados a las consecuencias de la crisis económica. La conclusión es que la sanidad pública española “mantuvo su reconocida posición en el marco global y europeo, resistiendo el clima económico adverso e iniciando una senda de mejora en diversos apartados”.
La conclusión es similar a la del informe que presentó el pasado diciembre el propio Ministerio de Sanidad, que concluyó que los indicadores de salud no se vieron resentidos a corto plazo por la crisis”. Sanidad matizó que sí quedó afectada sí lo han hecho la salud mental y los factores de riesgo social. Se trata del tercer informe La sanidad en cifras, tras los publicados en 2014 y 2016.
En la presentación del informe han estado presentes Ángel Puente, presidente del Círculo de la Sanidad; Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal, y Rafael Bengoa, asesor internacional en salud y exconsejero de Sanidad del Gobierno vasco.
Por ello, los autores añaden: “Entre los años 2012 y 2016 el sector sanitario respondió de forma satisfactoria a las necesidades de la población”. Eso sí, matiza la relevancia “del entorno familiar como amortiguador” de posibles consecuencias, y advierte: “La no afectación en el corto plazo no significa que puedan encontrarse mermas en la salud y el bienestar social en el medio y largo plazo”.
Indicadores de salud: menos mortalidad y más altas
En términos globales, y estableciendo una comparativa de todos los indicadores analizados (mortalidad, morbilidad, demoras, gasto sanitario, estancias hospitalarias, uso del sistema sanitario, incidencia y prevalencia de patologías…), el periodo 2012-2016 reveló una disminución del 0,7% de los indicadores clave de salud seleccionados”.
Dos de los principales indicadores de presión asistencial, la tasa total de morbilidad hospitalaria por cada 100.000 habitantes, y las altas hospitalarias según el diagnóstico principal, aumentaron, respectivamente, un 5,26% y un 4,57% entre los años 2012 y 2016.
La tasa de mortalidad general ajustada por edad por 100.000 habitantes” ha disminuido por término medio en España un 3,15% entre los años 2012 y 2015″, pero “no se ha producido un cambio apreciable en la evolución de la tasa de mortalidad por todas las causas y la situación ha permanecido básicamente estable”, apuntan las conclusiones del informe.
Gasto y recursos: las autonomías y la primaria salen ‘perdiendo’
En el capítulo de gasto sanitario, el informe refleja la disminución de la inversión del Gobierno central y el aumento de la autonómica: “La contribución de la Administración Central disminuyó un 4,63% entre los años 2012 y 2016, y la de las Administraciones Regionales aumentó un 4,78%”. Cabe recordar que el último dato refleja que el gasto público en sanidad cae ya por debajo del 6% del PIB.
En cuanto a los recursos del SNS, los indicadores se han mantenido bastante estables, aunque “destaca un aumento leve de la tasa de puestos de hospital de día por cada 100.000 habitantes y un aumento también leve de la tasa de equipos de resonancia magnética por cada 100.000 habitantes”, siempre entre los años 2012 y 2016. Sí llama la atención un claro reflejo de la realidad, el menor peso de la atención primaria: “La tasa de personal médico en atención especializada por 1.000 habitantes alcanza el valor más alto de dicho período (1,90), mientras que la tasa de personal médico atención primaria por 1000 personas asignadas disminuye de 0,77 a 0,76, mostrando que la asignación de presupuesto para ambos tipos de atención ha sido diferente y menor en el segundo caso”. La situación de la primaria se ha ido agudizando en los últimos años, especialmente en presión asistencial.
Estas diferencia entre primaria y hospital se observan también en enfermería: “El mismo tipo de efecto se aprecia en las tasas de enfermería de atención especializada y primaria: la primera aumenta ligeramente y la segunda desciende ligeramente”.
Siguiendo con el gasto, en el apartado de conciertos con la sanidad privada el gasto disminuyó en promedio un 2,5% en España entre 2014 y 2016 y un 6,22% entre los años 2012 y 2016. “El mayor aumento se produjo en Galicia, aunque es casi imperceptible, y la mayor disminución, en la Comunidad Valenciana”, señala el informe, que añade: “Cataluña arrojó el mayor porcentaje en el período y Cantabria, el menor”.
Acceso, listas de espera y demoras: cambios poco significativos
El acceso al sistema sanitario tampoco habría experimentado apenas cambios. Entre 2011 y 2017 los indicadores de accesibilidad “se han mantenido bastante estables”. Concretando, el porcentaje de cobertura de la población por el sistema sanitario público “no muestra cambios significativos y, aunque se produce una disminución (-0,09%), es estadísticamente inapreciable”. En 2017 el porcentaje de cobertura alcanzó al 98,9% de la población.
Con respecto a listas de espera y demoras, se da “un aumento leve pero significativo de la tasa de pacientes en espera para cirugías no urgentes, acompañado de una reducción leve de la tasa de los que esperan para cirugía cardíaca y de una reducción moderada de las pacientes que esperan para intervenciones de ginecología”. El resto de las especialidades (cirugía general y aparato digestivo, oftalmología, ORL, traumatología, urología, angiológica y vascular) “mantienen estables desde un punto de vista estadístico”.
En el apartado de lista de espera para consultas hay algún cambio más. El informe habla de “un incremento leve de las tasas para consultas de Urología y de Cardiología; un aumento moderado para primera consulta global, y en concreto para Traumatología, Dermatología y Cirugía general”. también se observa “un aumento notable para las consultas de ORL y una disminución leve para consultas de Ginecología”. Las demoras para consultas revelan “incrementos leves de las medias en Oftalmología, Aparato Digestivo y Cardiología; moderados en Traumatología, ORL, Cirugía General y Urología; alto en Dermatología, y una disminución moderada de la media en Ginecología”.
Uso del sistema: más resonancias, mamografías y antidepresivos
En cuanto al uso del sistema, los indicadores de frecuentación “permanecen bastante estable entre los años 2012 y 2016, con cambios estadísticamente no significativos en la frecuentación de servicios de atención primaria, que han tenido a disminuir ligeramente”. La frecuentación en Pediatría “aumenta de forma muy leve, junto con la de enfermería de atención primaria y especializada, la de consultas de atención privada y la de ingresos hospitalarios e intervenciones quirúrgicas”, pero ten todos los casos sin relevancia estadística, con porcentajes muy por debajo del 10%. Por otro lado, también aumentó el uso de las mamografías recomendadas como parte del cribado.
Sí se han dado algunos cambios estadísticamente significativos en otros apartados, reseñan las conclusiones: “Aumento leve de la tasa de frecuentación en hospitales de día por 1000 habitantes/año; un aumento moderado de las tasas de uso de TC y resonancias magnéticas por 1.000 habitantes/año; aumento leve de la tasa de uso de equipos de hemodinámica por 1000 hab./año, y un “aumento leve de la dosis diaria por habitante de antidepresivos”. Igualmente, aumenta levemente el uso de antibióticos, antidepresivos y de sustancias hipnóticas.
Con respecto a la vacuna de la gripe, en uno de los principales grupos de riesgo, mayores de 65 años, la cobertura de vacunados se sitúó en 2016 en un 55,5%, con una caída del 2,6% en 4 años.
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