Antes de 2025, las facultades públicas españolas de Medicina verán cómo se jubila el 43 por ciento del profesorado permanente (catedráticos, profesores titulares y contratados doctor). Esta jubilación afectará al 32 por ciento de los docentes que imparten las llamadas asignaturas básicas, pero se elevará hasta el 47,9 por ciento en el caso de los docentes de las asignaturas clínicas, y se tornará dramática (un 55 por ciento de jubilaciones) para los clínicos vinculados, es decir, los profesores que compaginan su labor docente con la asistencial.
Éstos son algunos de los alarmantes datos que la Conferencia de Decanos de las Facultades de Medicina puso sobre la mesa en un informe demográfico presentado a principios de año. Ese informe se complementó con otro, en junio, que los decanos han elevado a los ministerios de Sanidad y Ciencia (competente en materia de Educación universitaria), las autonomías y la Conferencia de Rectores, y en el que plantean una alternativa concreta al déficit de profesores: la promoción en toda España de la figura del contratado doctor vinculado.
De momento, sólo Andalucía reconoce esta figura académica en un decreto aprobado en 2015. Castilla y León, Murcia, Galicia y Baleares también la contemplan y convocan plazas, pero sin un desarrollo normativo específico, sino como parte de los conciertos que mantienen sus respectivos servicios de salud y universidades.
Extenderla y desarrollarla
En definitiva, la figura no es nueva, sino que está recogida en la Ley de Universidades, pero lo que han hecho los decanos de Medicina es plantear la necesidad de hacer extensivo su desarrollo a todas las facultades de Medicina.
El contratado doctor compagina asistencia y docencia, tiene el doctorado y la obligada acreditación docente de la Aneca
Al igual que los catedráticos y titulares de universidad vinculados, el contratado doctor con vinculación clínica compagina asistencia y docencia, tiene el doctorado y la obligada acreditación docente, y mantiene con la universidad un contrato indefinido y con dedicación a tiempo completo. De hecho, sus funciones, distribución horaria y retribuciones (alrededor de 32.000 euros al año) son similares a las de un profesor titular, con la salvedad de que no son funcionarios, sino contratados laborales.
No obstante, y a diferencia de lo que ocurre con esas figuras docentes de referencia, los requisitos que fija la Agencia Nacional de Calidad y Evaluación (Aneca) para acceder a ellas son menos exigentes y, por tanto, de más fácil y, sobre todo, rápido cumplimiento, lo que agiliza su acreditación, que es la principal ventaja que la Conferencia de Decanos ve en esta alternativa docente.
El ritmo de acreditación del que ha hecho gala el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en los últimos tres años evidencia esa ventaja: desde 2015, Andalucía ha otorgado la acreditación de contratado doctor a 98 aspirantes, es decir, una media de entre 20 y 30 aspirantes al año, lo que da idea del interés de los médicos andaluces por esta figura.Los decanos argumentan que ese interés es extrapolable al resto de España.
En el caso de Andalucía, la regulación normativa específica pauta muy bien la organización y distribución del horario de trabajo: el 66 por ciento de la jornada laboral del contratado doctor está dedicada al SAS y el 33 por ciento a la universidad. Además, su nómina no se imputa al hospital, sino a los servicios centrales del SAS.
Principal ‘handicap’
Según el informe de los decanos, un handicap clave de este puesto docente es el hecho de que, al ser laboral, es incompatible con el mantenimiento de una plaza estatutaria en el servicio de salud, lo que obliga al aspirante a pedir una excedencia (en teoría, sin tiempo limitado) para pasar a ser interino en el servicio de salud e indefinido en la universidad.
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