Tras años de reveses en la investigación clínica en Alzheimer, la empresa Grifols presentó el pasado 27 de octubre en Barcelona resultados positivos en pacientes en estadio moderado de su propuesta de abordaje terapéutico basada en la combinación de la extracción periódica de plasma (mediante plasmaféresis) con la infusión de albúmina (con o sin inmunoglobulina intravenosa). Los datos comunicados en el Congreso Clinical Trials on Alzheimer´s Disease no sólo captaron un gran interés mediático sino que dispararon la cotización de la compañía española.
Los resultados del ensayo clínico de fase IIb/III, doble ciego y controlado con placebo, Ambar (Alzheimer Management By Albumin Replacement), en el que han participado 496 pacientes con Alzheimer leve o moderado de entre 55 y 85 años, muestran una ralentización de la progresión del 61 por ciento con respecto al placebo en pacientes con estadio moderado, según las escalas ADAS Cog, sobre desempeño cognitivo, y ADCS-ADL, que mide la capacidad para realizar actividades de la vida diaria (ver gráficos). El estudio, en el que han participado 19 hospitales españoles y 22 estadounidenses, no halló un efecto en Alzheimer leve.
Jesús Ávila y Miguel Medina, directores científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Neurodegenerativas (CiberNED), consideran que el efecto en ambas escalas “es muy destacable”. Para Ávila, “con la cautela necesaria a la espera de la publicación de los resultados completos y la disponibilidad de datos de biomarcadores, ciertamente es una gran noticia que justifica el interés suscitado y la realización de estudios clínicos adicionales”.
“Muy positivo”
“En quince años no había habido ningún ensayo clínico positivo en pacientes con Alzheimer”, resalta Guillermo García Ribas, portavoz de la Sociedad Española de Neurología (SEN). El experto advierte de que tanto los pacientes con tratamiento activo como los del grupo placebo progresaron, aunque las diferencias en el ritmo sean significativas, y señala que no se conoce muy bien por qué el efecto no se replicó en Alzheimer leve.
La respuesta podría estar en que la duración del estudio (catorce meses) no sería suficiente para observar un efecto en la progresión en Alzheimer leve. También, en la frecuencia del tratamiento, que fue de una vez al mes durante la fase de mantenimiento. “Es razonable pensar que si se incrementara la frecuencia de aplicación, los resultados podrían ser diferentes”, sostiene Antonio Páez, director médico de Grifols y responsable del programa clínico Ambar.
Al margen de su potencial terapéutico, los expertos destacan las posibles implicaciones del estudio para la investigación dirigida contra la acumulación cerebral de la proteína beta amiloide.
El ensayo se basa en la hipótesis de que la mayoría de la beta amiloide circula en el plasma unida a la proteína plasmática más abundante, la albúmina. Así, se extrae este plasma que contiene beta amiloide y se reemplaza con albúmina, una proteína a la que se le atribuyen además propiedades antioxidantes, inmunomoduladoras y antiinflamatorias. El recambio plasmático periódico desplazaría la beta amiloide del cerebro al plasma. “La nueva albúmina podría capturar más beta amiloide y otros factores eventualmente relacionados con la enfermedad”, sugiere Páez.
La confirmación de un efecto en la carga amiloide cerebral supondría un espaldarazo a las denostadas actuales hipótesis del amiloide
Pero de momento no se dispone de información suficiente sobre el mecanismo de acción, entiende Medina. De confirmarse un efecto en la carga amiloide cerebral, sería “un importante espaldarazo a la hipótesis del amiloide, actualmente en cuestión por los resultados negativos de múltiples y sonados intentos fallidos en fases clínicas avanzadas”
Hay que recordar que la propuesta implica un abordaje invasivo. La primera fase del ensayo consistió en un recambio plasmático completo semanal durante seis semanas con reemplazo con Albutein 5% (albúmina de Grifols). La fase de mantenimiento de 12 meses de duración se basó en un recambio plasmático de bajo volumen al mes con Albutein 20%, con o sin inmunoglobulina, que implica la extracción de 650–880 mL de plasma. Así y aunque las técnicas de plasmaféresis y reemplazo de albúmina se usan de forma segura desde hace décadas, Ávila alerta de que al plantear su incorporación a la clínica en Alzheimer habrá que tener en cuenta cuestiones como el coste, el volumen de pacientes y cómo realizar el tratamiento ambulatorio.
5.000 recambios
En el ensayo clínico Ambar se practicaron cerca de 5.000 recambios plasmáticos, incluyendo recambios totales y de bajo volumen, y el 72 por ciento de los pacientes terminó la terapia. “Como el recambio plasmático convencional se realiza de manera rutinaria en todo el mundo y el de bajo volumen es un procedimiento todavía más simple, no pensamos que resulte problemático llevarlo a la práctica si se seleccionan adecuadamente los pacientes que se pudieran beneficiar”, defiende Antonio Páez, director médico de la compañía Grifols.
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