La secretaria general de la Federación Española de Tecnología Sanitaria (Fenin), Margarita Alfonsel, se muestra orgullosa del a marca España en innovación, pero reclama acción por parte de las administraciones para garantizar la incorporación al sistema de soluciones innovadoras.
PREGUNTA- ¿Qué evolución está teniendo el sector con respecto a años anteriores?
RESPUESTA- Estamos en un momento muy interesante, cada día conocemos un nuevo producto, dispositivo, equipo o una terapia innovadora que ponen de manifiesto el avance tecnológico imparable que se está produciendo. En términos económicos, observamos una cierta recuperación, aunque la cifra de facturación global todavía se encuentra en valores anteriores a los de la crisis. El mercado se sitúa en 7.500 millones de euros (2017), dato que supone un 7 por ciento del gasto sanitario.
Somos, por tanto, moderadamente optimistas, pero es importante que los poderes públicos sean conscientes de los beneficios que las tecnologías médicas aportan al paciente y al profesional sanitario. Es el momento de hacer una profunda reflexión del modelo sanitario que queremos para que garantice la incorporación de las innovaciones que permiten diagnósticos más precisos, tratamientos más eficaces y que son coste-eficientes. Los presupuestos son insuficientes para las necesidades que plantea nuestra sociedad, con una población envejecida y un alto porcentaje de pacientes crónicos y pluripatológicos.
¿Qué subsectores presentan mejores perspectivas?
R- Ahora que la economía se encuentra en un claro proceso de recuperación, se abre una oportunidad para alcanzar los niveles deseados de inversión en tecnología sanitaria. Entre 2016 y 2017, asistimos a un crecimiento uniforme de en torno a un 2-3 por ciento en prácticamente todos los subsectores, si bien destaca el de tecnología y sistemas de información clínica, que engloba el equipamiento médico. Este hecho obedece a la necesidad de renovar un parque tecnológico que, tras la desinversión de los años de recesión, se ha convertido en uno de los más anticuados de Europa.
España es uno de los cuatro países de la UE que todavía no han recuperado los niveles de inversión de 2008 en I+D+i. De hecho, el retroceso de los últimos cinco años nos coloca en una posición equivalente a la que teníamos en 2004.
Mientras el conjunto de la Unión Europea invierte un 25 por ciento más en I+D+i que antes de que comenzara la crisis, nuestra economía lo hace un 10 por ciento menos. Pese a todo, nuestro sector se ha mantenido -junto con los de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia-, entre los cinco países que representan el 75 por ciento del mercado europeo.
Esos datos parecen indicar que la marca España funciona.
R- Fuera de nuestras fronteras podemos estar orgullosos de que la marca España se haya consolidado como un referente con excelentes cifras de negocio, lo cual es una muestra de la calidad y de las ventajas competitivas de nuestras empresas. El informe estadístico de Comercio Exterior del Sector de Tecnología Sanitaria -basado en los datos provisionales de Eurostat-, muestra una cifra de exportación superior a los 3.700 millones de euros para 2017. Se debe tener en cuenta que el incremento del 51 por ciento en las exportaciones de 2017 respecto a 2016 tiene su origen en las actualizaciones de cuatro partidas arancelarias de Eurostat, que afectan a su comparativa con años anteriores. La Unión Europea es el destino central de nuestras exportaciones.
“Los presupuestos son insuficientes para las necesidades de nuestra sociedad”
Ha aludido a la obsolescencia. ¿No ha habido avances?
R- El estudio El Perfil Tecnológico Hospitalario y Propuestas para la Renovación de Tecnologías Sanitarias, realizado por Fenin con datos de 2017, señala que, a lo largo de los próximos cuatro años, serían necesarios 1.400 millones de euros para renovar el parque tecnológico de España. Del mismo modo, creemos que habría que revisar el proceso de mantenimiento para que sea el más adecuado y cualificado, y se ajuste a los protocolos del fabricante. También sería conveniente designar y reforzar las funciones del responsable de vigilancia en los centros sanitarios. Dicho esto, tenemos confianza en la materialización del Plan Renove, presentado el año pasado por el anterior Gobierno a instancias de Fenin. Es imprescindible retomar y reimpulsar el plan con el actual Ejecutivo, algo que haremos el primer trimestre de 2019, una vez dispongamos de datos actualizados.
¿Es necesario que se midan los resultados en salud?
R- La medición de los resultados en salud de las nuevas terapias y tecnologías es clave y beneficiará a todos los agentes del sistema sanitario sin excepción. Dotará a las administraciones de un recurso valiosísimo que les permitirá planificar e invertir de un modo más estratégico, lo que redundará en un sistema más eficiente. A las empresas les permitirá dar cuenta del beneficio que ofrecen sus productos. Pero no se puede hacer sin establecer indicadores.
Un problema para las empresas es la deuda de las comunidades autónomas (CC.AA).
R- La morosidad impactó de forma decisiva en nuestro sector. Las empresas vieron mermada su capacidad de crecimiento y provocó serios problemas de viabilidad e incluso el cierre de muchas. Pero desde 2012 esta situación ha mejorado con los planes de pago a proveedores y las fórmulas de financiación impulsados por el Gobierno. La cifra global de facturas pendientes de cobro durante los nueve primeros meses del año se sitúa en 789 millones de euros, lo que supone un aumento del 3,5 por ciento respecto al primer semestre. La media de pago es de 87 días, aunque algunas comunidades están por debajo, como Galicia, Andalucía, País Vasco, Navarra o La Rioja.
¿Es la Ley de contratos del sector público un buen marco legal?
R- Hubiese sido deseable que la ley contemplase explícitamente las particularidades del sector sanitario, pero lamentablemente no ha sido así. No obstante, confiamos en que esta nueva legislación cumpla su objetivo de avanzar hacia un sistema de contratación pública más eficiente y transparente. Nos encontramos ante un nuevo escenario de oportunidades para que los procesos de compra pública para la adquisición de tecnología sanitaria mejoren significativamente en España. Ahora, esperamos que se utilicen nuevas fórmulas que faciliten la adquisición de soluciones innovadoras.
¿Están dando resultado las 10 medidas propuestas por Fenin para la transformación digital del sistema de salud?
R- Las diez medidas que menciona suponen ya en sí un gran avance. Se están implementando, aunque no con la celeridad esperada. La tecnología sanitaria y la salud digital son imprescindibles de cara a implantar un nuevo modelo asistencial basado en una gestión integral de la salud. Desde Fenin trabajamos para impulsar esta transformación, aunque requiere de voluntad política y del impulso centralizado del Ministerio de Sanidad y el apoyo de las comunidades, además de un marco regulatorio adecuado. La Federación apuesta por una estrategia nacional de salud digital liderada por el Ministerio y también por la creación de una organización ejecutiva independiente para su definición, ejecución y seguimiento.
¿Qué impacto ha tenido código ético del sector tecnológico sanitario?
R- Nos sentimos muy satisfechos del salto cualitativo que ha supuesto su implantación como marco de autorregulación. Se ha producido un verdadero cambio de paradigma en la relación entre las empresas del sector, los profesionales sanitarios, las sociedades científicas y los responsables de los centros sanitarios. Una de las novedades es el patrocinio indirecto por el que las empresas del sector deberán destinar las ayudas a la formación a través de instituciones y organizaciones sanitarias.
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