Superespecialización quirúrgica y cirugía general deben convivir, complementarse y buscar eficacia y eficiencia, para disminuir morbimortalidades asociadas, con arreglo a consensos de evidencia científica y de calidad. Este sería el mensaje con el que los más de 1.000 profesionales que han participado en el XXXII Congreso Nacional de Cirugía, organizado por la Asociación Nacional de Cirujanos, que se ha clausurado este fin de semana en Madrid, resumen la importancia de la investigación y la innovación en su especialidad sin olvidar actos quirúrgicos de bajo riesgo que “si no son bien resueltos, por sencilla que sea la patología, pueden generar morbimortalidad, sobre todo en pacientes añosos”, según ha señalado a DM José María Jover, responsable de Cirugía del Hospital de Getafe, en Madrid. No hay que perder de vista que “el 30 por ciento de las cirugías se producen en Urgencias. Una adecuada resolución marca la evolución futura, por lo que el nivel de competencia y formación, muy elevada, en cirugía general debe mantenerse sobre todo en este ámbito, así como en el de hospitales comarcales o cirugía mayor ambulatoria, por ejemplo”.
Clara diferenciación
El expresidente de la AEC, que en este congreso ha cedido su cargo a Eduardo García-Granero, jefe de Cirugía del Hospital La Fe, de Valencia, considera que el desarrollo de estudios multicéntricos, con análisis de resultados, es importante para responder a preguntas clínicas concretas que se plantean en la práctica quirúrgica del día a día”.
La cada vez mayor profesionalización de la cirugía en distintas subespecialidades, así como la consolidación de la cirugía mínimamente invasiva parecen ser los logros más destacados, aunque sin perder de vista el papel, muy destacado, de la cirugía convencional, insiste García-Granero, quien subraya la necesidad de establecer parámetros de comparación: evaluaciones de resultados entre diferentes hospitales para corroborar los actos que son o no adecuados.
El desarrollo de estudios multicéntricos, con análisis de resultados, es esencial para dar respuesta a preguntas clínicas concretas
El análisis de estándares de eficacia y calidad redirige necesariamente al ámbito oncológico, en el que la “cirugía sigue siendo el tratamiento de elección de la mayoría de los cánceres y donde una intervención bien realizada puede suponer la curación, mientras que una cirugía no adecuada, con problemas de resección completa del tumor, puede empobrecer la evolución y, en muchas ocasiones, no puede ser paliado ni con el mejor tratamiento oncológico médico. De aquí se desprende la importancia de trabajar en equipos multidisciplinares, con dilatada experiencia en cirugías tumorales específicas y en centros de referencia, con recursos y acumulación de casos”.
Estándares de calidad
Estos factores marcan, según los cirujanos, los resultados y muy especialmente en patología tumoral, considerada compleja y de elevado riesgo. Deberían concentrarse en hospitales o en grupos especializados, con resultados demostrados, determinadas lesiones. Ejemplos claros son el cáncer de esófago y páncreas, la cirugía de las metástasis hepáticas, el cáncer del tercio medio e inferior de recto. Menos frecuentes, pero que requieren la misma concentración y ser remitidos a hospitales referentes, son los tumores retroperitoneales, las exenteraciones pélvicas y las recidivas tumorales”, aclara García-Granero.
La centralización de determinados cánceres ha sido el argumento que ha llevado a dos sociedades científicas españolas, la de Oncología Médica (SEOM) y la de Cirugía (AEC), a establecer sesiones conjuntas en las que se han abordado la variabilidad interhospitalaria de los resultados del tratamiento del cáncer de recto y determinar cuáles serían los estándares reales de proceso y resultados oncológicos, según los datos del estudio nacional Vikingo, con una andadura superior a cinco años, así como la posible centralización de la cirugía de esta enfermedad tumoral.
El trabajo que rodea a la cirugía
El cuidado perioperatorio es un aspecto al que hasta no hace mucho no se prestaba especial atención. En la actualidad, son numerosos los estudios, nacionales e internacionales, que han puesto en el ojo de mira la necesidad atender a todo lo que acontece antes de la intervención como factor que influye decisivamente en el éxito quirúrgico.
“Hay que trabajar de forma integral en el acto operatorio, con anestesia por ejemplo, así como disponer de los medios de rehabilitación multimodal”, señala García-Granero.
Un menor trauma quirúrgico, con la cirugía mínimamente invasiva, asociado a mejores cuidados perioperatorios (atención a la nutrición, a la anemia, rehabilitación respiratoria), “mejora los resultados clínicos y la reincorporación de los pacientes”.
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