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Hipercolesterolemia: Cambios de estilo de vida y retos

Como explica Jesús Millán, jefe del Servicio de Medicina Interna y director de la Unidad de Riesgo Cardiovascular del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, de todos los parámetros lipídicos, el que resulta más difícil de controlar es la concentración de HDL. “Todos ellos (LDL, triglicéridos y HDL) son especialmente sensibles al estilo de vida. La dieta saludable y el ejercicio físico regular, junto a la cesación del tabaquismo (en su caso) son los pilares del abordaje. Pero para incrementar el HDL en aquellos casos en los que los niveles de esta fracción son bajos (lo que supone un factor de riesgo muy considerable), las alternativas terapéuticas son escasas, y el beneficio se obtiene básicamente con la intervención sobre el estilo de vida: dieta, ejercicio, control (o reducción) de peso y dejar el hábito tabáquico. En cambio, para reducir el LDL disponemos de grandes grupos de fármacos (estatinas en primera instancia), lo mismo que para reducir triglicéridos disponemos de fibratos especialmente útiles”.

En este sentido, David Fierro explica que en la raíz de casi todos los problemas cardiometabólicos y relacionados con la esfera del riesgo cardiovascular parece subyacer una causa fisiopatológica común: la resistencia a la insulina por parte de los tejidos periféricos, “y está ampliamente demostrado que la dieta correcta (adaptando la ingesta al gasto), la adecuación del peso corporal, la disminución de los depósitos de grasa corporal, la realización de ejercicio físico aeróbico de manera regular y la abstinencia tabáquica mejoran esa resistencia a la insulina y son el pilar fundamental para el tratamiento de la dislipemia. La modificación del estilo de vida debe ser el paso previo a la introducción de las medidas farmacológicas en el paciente dislipémico, salvo en los casos en los que, por la cuantificación del riesgo cardiovascular, se deban introducir a la vez. Desde luego, nunca se deben abandonar estas medidas por el hecho de comenzar un tratamiento farmacológico”.

Hábitos de vida

Para Vivencio Barrios, médico adjunto del Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid,  aunque es muy importante seguir y mantener unos hábitos de vida positivos y cardiosaludables, esto es algo que no tiene que ver solo con la dieta, sino que debe enfocarse como una estrategia general de cambios de estilo de vida.

“Es decir- señala-, no se trata solamente de comer menos grasa, hacer más ejercicio físico, mantener un peso saludable, llevar una dieta adecuada o no fumar (el tabaquismo es uno de los peores factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular). Hay que procurar que tanto la población sana como la que ya está enferma (para que no empeore) tenga unos hábitos de vida cardiosaludables, y esto al final es un concepto global, y no solo desde el punto de vista del colesterol, sino desde la perspectiva general de reducción del riesgo de tener complicaciones cardiovasculares, que es el principal objetivo que se busca con el control de los niveles de colesterol”.

¿Cuáles son los principales retos de futuro que el abordaje de la hipercolesterolemia plantea a los especialistas? Vicente Arrarte, presidente electo de la Sección de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), comenta al respecto que es cierto que durante los últimos años se ha avanzado mucho al conseguir fármacos capaces de reducir el LDL casi en la totalidad de los pacientes a cifras objetivo por su gran potencia reductora, “pero, sin embargo, con terapias actualmente en desarrollo, con dosis necesarias solo cada 3 ó 6 meses para mantener el efecto, o estrategias terapéuticas que no causen un gasto tan alto como las actuales se podría conseguir un control mucho más preciso de la hipercolesterolemia y, en consecuencia, la reducción de eventos cardiovasculares relacionados con ella”.

Por su parte, Carlos Escobar, médico adjunto del Servicio de Cardiología del Hospital La Paz, de Madrid, apunta que “a pesar de que es bien conocido que el colesterol elevado aumenta el riesgo cardiovascular, y aunque en la actualidad existen tratamientos potentes que serían capaces de controlar el colesterol en la mayoría de los pacientes, lo cierto es que ocurre lo contrario: un gran porcentaje de pacientes con hipercolesterolemia tienen el colesterol por encima de los objetivos recomendados, y esto es especialmente marcado en los pacientes de mayor riesgo. Por lo tanto, el principal reto de futuro consiste, primero, en identificar precozmente a los pacientes que tienen hipercolesterolemia; segundo, en estratificar adecuadamente el riesgo cardiovascular de los pacientes y, tercero, en emplear el o los tratamientos necesarios para lograr los objetivos de control de colesterol LDL”.

Lo último

Investigadores del IIB Sant Pau y del Ciberdem han identificado los mecanismos por los que las lipoproteínas que transportan el colesterol HDL pierden su capacidad cardioprotectora en pacientes con hipercolesterolemia familiar.

El trabajo, publicado Journal of the American College of Cardiology, revela que los pacientes con HF presentan alteraciones en las actividades de las principales enzimas implicadas en la maduración de las HDL, lo que causa alteraciones en su composición y una reducción en su función cardioprotectora: su capacidad para prevenir la acumulación de colesterol en los macrófagos de la pared arterial. Según los autores, estos hallazgos también se encontraron en adolescentes con HF, lo que refuerza la necesidad de un diagnóstico precoz que permita iniciar tratamientos tempranos que disminuyan el riesgo futuro de infarto de miocardio.

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