La implicación de las personas afectadas por el VIH a través de su participación al tomar decisiones terapéuticas y el compromiso en la atención a otras personas afectadas, es un arma muy poderosa contra la pandemia. Así lo destaca la directora ejecutiva de Onusida, Winnie Byanyima, en un informe que acaba de presentar en Nairobi, junto a la secretaria del Gabinete de Salud de Kenia, Sicily Kariuki, y varios representantes de la comunidad de pacientes, afectados y profesionales sociosanitarios, con motivo del próximo Día Mundial el Sida, que se celebra este domingo.
El informe Power to people muestra que donde más comprometidas y activas se encuentran las personas y comunidades que viven con el VIH o están infectadas con el virus, más disminuyen las nuevas infecciones y mayor es el acceso al tratamiento. “Cuando las personas y las comunidades tienen poder y capacidad de acción, se produce el cambio”, afirma Byanyima. “Las comunidades son el centro mismo de la respuesta al sida y son fundamentales para acabar con el sida”, añade Kariuki.
El documento recoge que se han logrado avances significativos, particularmente en la extensión del acceso al tratamiento. En concreto, a mediados de 2019, se estima que 24,5 millones de los 37,9 millones de personas que viven con el VIH estaban accediendo a la terapia antirretroviral. Conforme continúa esa expansión, menos personas mueren por enfermedades relacionadas con el sida.
Sin embargo, el progreso en la reducción de las infecciones por el VIH es desigual. En 2018, 1,7 millones de personas se infectaron con el virus. Las nuevas transmisiones disminuyeron en un 28% entre 2010 y 2018 en África oriental y meridional, la región más afectada por el VIH. Una cifra esperanzadora muestra que la tasa de incidencia del VIH en las jóvenes con entre 15 y 24 años en la región pasó del 0,8% en 2010 al 0,5% en 2018, una reducción del 42%. Sin embargo, las mujeres jóvenes y las niñas siguen siendo las más afectadas por las nuevas infecciones: cuatro de cada cinco nuevos casos de VIH en los adolescentes de África subsahariana aparecen entre las niñas.
Fuera de África oriental y meridional, las nuevas infecciones por VIH han disminuido solo un 4% desde 2010. Una preocupación creciente es el aumento de nuevas infecciones en algunas regiones. El número anual de nuevas infecciones por VIH aumentó un 29% en Europa oriental y Asia central, un 10% en Oriente Medio y África del Norte y un 7% en América Latina.
“En muchas partes del mundo, se ha logrado un progreso significativo en la reducción de nuevas infecciones por el VIH, las muertes relacionadas con el sida y la discriminación, especialmente en África oriental y meridional, pero la desigualdad de género y la negación de los derechos humanos están dejando atrás a muchas personas“, destaca Byanyima.
Como expone el informe, las mujeres y las niñas son la columna vertebral del apoyo a la atención en sus familias y comunidades, pues aportan un trabajo no remunerado, y a menudo infravalorado, en el cuidado de niños, enfermos, ancianos y discapacitados, y apuntalan sistemas de apoyo social frágiles. Los representantes de Onusida instan a un cambio en este sentido: la participación y el liderazgo de las comunidades de mujeres es vital en la respuesta al VIH.
“Como líder de la comunidad, puedo relacionarme y comprender mejor los antecedentes de las personas afectadas que alguien de fuera. Llevo 25 años viviendo abiertamente con el VIH, por lo que la gente acude a mí con sus problemas, como el estigma, la ocultación de la infección y la adherencia. Nunca he dado un paso atrás de este papel, ya que soy parte de esta comunidad “, afirma Josephine Wanjiru, una activista comunitaria del VIH en Kiandutu, en Kenia.
Entre otros de los aspectos destacados en el informe, se habla del “poder de elegir”, en relación a las relaciones sexuales. Las mujeres y las niñas demandan una mayor integración de las medidas de contracepción con las pruebas de VIH y de enfermedades de transmisión sexual, los programas de prevención y las opciones de atención. Casi el 40% de las mujeres adultas y el 60% de las adolescentes (de 15 a 19 años) en África subsahariana no ven satisfechas sus necesidades de anticoncepción.
En varios países del África subsahariana, se ha demostrado que la administración de medicamentos para prevenir el VIH (la profilaxis previa a la exposición o PrEP) es elevada entre las mujeres jóvenes que participan en programas específicos, instaurados en servicios de salud receptivos para los jóvenes y en clínicas de planificación familiar, así como cuando la administración de la PrEP está separada del ámbito del tratamiento.
Desde 2016, se han realizado once millones de circuncisiones médicas voluntarias para prevenir el VIH, 4 millones solo en 2018 en los 15 países prioritarios.
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